Recipiente de curación, medicina para el mal de estilo, ocupa poco espacio y relaja a los compradores compulsivos.
Señores, señoras, soy su asesino y ustedes mis Fashion victims.
Les rogamos por favor, hagan fila de uno en uno, para recibir su dosis de colección cápsula.
Limitadas en número pero no menos deseadas. Transición entre temporadas pero no crucero. Exclusivas en su imagen pero permisibles. Así es el nuevo concepto de colecciones en el ámbito fashionista. Llevan años con nosotros aunque tardaron en identificarse como tal. Denominadas cápsula por su reducido tamaño, generalmente unas 20 piezas, estas mini colecciones nos acercan el arte de los grandes, a los que normalmente en términos económicos somos pequeños. El objeto de deseo al alcance del consumista más modesto pero no escaso de estilo, ese es el concepto: acercarnos lo inalcanzable a nuestro bolsillo.
Una de las pioneras en este tipo de acciones es nuestro amado H&M, un gran recurso donde los haya, un sinfín de nombres estelares han sido responsables de los lanzamientos que posteriormente fueron denominados como colección cápsulas.
¿Recordamos?
Todo esto me sirve de introducción y recordatorio a el día 15 de Noviembre se puso a nuestra disposición, solo en tiendas seleccionadas, la colección cápsula de mi adorado Martin Margiela. No puedo ser objetivo con uno de mis dioses.
La sociedad de consumo se ajusta, se adapta a los nuevos perfiles de consumidor, la haute couture ya no está reñida con el low cost, infinitas son las combinaciones de nuestras queridas celebrities (cuyos bolsillos no lloran) en las que con todo lujo de detalle exhiben prendas de precios astronómicos con básicos de zara y al contrario. ¿Cuántos de nosotros, amantes del buen vestir, no nos hemos visto en alguna ocasión sacrificados a pagar, incluso financiar un deseo estético, para combinarlo con nuestro armario repletito de Low Cost?
El prosumer (producer and consumer) es nuestro futuro. Somos nosotros los que creamos el mercado. Si el mercado de la moda en bruto crece y su demandante es cada vez más exquisito, fabricante y diseñador deben ajustar sus pautas y precios, ya que se va dejando atrás al consumidor bulímico, para convertirse en un consumidor inteligente. Aquel para el que la calidad y los valores del producto son determinantes.
Amigos y amigas alzo el vuelo. Desde mi cielo os observo y como estrella fugaz volveré con más ganas de estrellarme en la tienda de papel no sin antes dejaos el hit musical, esta vez ochentero. Saca tus hombreras, sube tus jeans a la cintura por encima del ombligo y ensaya tus mejores coreografías.
The star and The paper shop